Un espacio de viajes entre la música y palabras

Es que una vez más la música es la responsable

lunes, 25 de julio de 2011

Una chica con un piano

A esta distancia estábamos del escenario, aún no sabíamos lo que se avecinaba
He estado un buen rato manejando diferentes opciones sobre el título de la entrada, ayer al salir lo tenía bastante claro: El dulce sunami. Luego pensé en cosas como Escalas de kamikaze, Muerte súbita, El dolor del silencio posterior... Pero creo que todas ellas son excesivamente parciales para intentar aproximarse a la experiencia que significó el recital del Hiromi Trio Project.
Minutos antes, Carlos haciendo que no pasa nada, como siempre
Y la realidad, la pura y desnuda realidad es que una chica armada, de entrada, sólo con un piano mató, embrujó, sedujo, arrastró, aniquiló, engrandeció, deleitó, sorprendió, rugió, jugueteó, bailó, hipnotizó, despertó, arrastró, hizo alucinar, sentenció ... a un, y con un, público que abarrotaba el Kursaal.
Sería injusto empezar esta crónica sin mencionar también a su portentosa sección rítmica, el Jazz y la música del siglo XX (en general) no son nada sin algunos instrumentos latiendo. Anthony Jackson es, para decirlo clarito, un puto bajista de culto, entre sus logro está el haber inventado el bajo de seis cuerdas y lo toca hace treinta años, como guitarrista de origen se rebeló a que el bajo eléctrico tuviera el cordaje del contrabajo clásico y le añadió dos cuerdas más para ampliar el repertorio sónico que quería alcanzar en su interpretar. es un tipo tranquilo, aposentado en su asiento desde el que desgrana con sus dedos todo lo que se puede pedir y más, a un bajista, sus diálogos con Hiromi fueron fantásticos, complicidad y sapiencia creando música.
Así quedamos, electrizados
Lo de Simon Phillips es algo parecido porque la lista de sus apariciones en bandas y discos de grandes de la música es para cansar, ahí están las fuentes habituales para verlo. La característica más obvia en su batería es que tiene doble bombo, eso sería una anécdota porque no importa con qué tocas sino como lo haces y Simon nos ofreció un caudal de ritmo y contrapuntos, un sonido rico, my versátil y manteniendo en todo momento la cadencia necesaria. Algo más que agardecerle a Hiromi, la elección de estos dos músicos para su segunda visita al festival (el año pasado la trajo un tipo del que ya hemos hablado: Stanley Clarke).
Todo esto está muy bien pero es nimio. Lo importante, lo tremendo, es que el Hiromi Trio es una máquina de hacer música fantástica, con una conjunción entre los músicos muy espectacular y con todos los ingredientes que se necesitan para ofrecer un recital que pone un hito en la vida de muchos, destacando el maravilloso repertorio de temas que nos ofrecieron.
Vamos a tocar
Arrancó Hiromi el concierto con un ritmo de medio tiempo, de esos que están envenenados de inocencia y que cuando te quieres dar cuenta ya te tiene cogido por el cuello y no te suelta, su primer tema duró algo más de quince minutos que devinieron torrenciales, apabullantes, el trío deslizándose por la música con velocidades cambiantes y Hiromi moviéndose sin parar, incapaz de permanecer sentada en su butaca, bailando, gesticulando, siendo feliz.
Incapaz de permanecer sentada, incapaz de no fascinar
Los temas se sucedieron sin más descanso que los intermedios henchidos de aplausos y un descanso con dos zumos reconstituyentes que la pianista tuvo que ingerir a mitad del concierto para reponerse un poco (mientras Phillips nos deleitaba con su solo, mención especial al par de minutos en el que el mismo se generaba a partir del sonido exclusivo de los dos bombos, fantástico) cual tenista en una final de Grand Slam. En un tema hubo un diálogo delicioso y lleno de complicidad entre Hiromi y Jackson en el que se lanzaban frases musicales a modo de reto, forzando los instrumentos para esperar la respuesta del otro, desde el casio electrónico que tenía Hiromi sobre el de cola hacia, mayoritariamente, las dos cuerdas extreas que tiene el bajo, El veredicto se decantó por el bajista, tal vez por la edad, porque fue el que enriquecía más el diálogo con la apertura de nuevos retos.
Tal vez se podría opinar una leve carencia en el concierto de Hiromi, como japonesa tiene una querencia algo excesiva por las escalas altas y es en ellas donde vive permanentemente, los que como yo, llevamos cierto tiempo escuchando a pianistas de todos los pelambres, echamos algo en falta el que no buceara más en el territorio donde el piano se hace más profundo y menos colorista, no es un defecto pero sí una característica de su música. No tengo duda de que con toda la carrera por delante que le queda nos llevará por sendas maravillosas a las que la llevará la previsible evolución natural. Su presente, plasmado en ese maravilloso concierto no permite más que gozar y las dimensiones nuevas que aporta en directo son de las cosas más excitantes que nos pasaron en este viaje. Viajes, una vez más una actuación nos transporta, esta vez a un territorio nuevo, desconocido en su complejidad y riqueza, los sones henchidos y capturadores hacen que nos sintamos tan capturados como libres, nos hacen vivir vida.
Y el concierto se desarrolló hasta el final, con el más que variopinto público capturado sin remedio por la música sublime, fusión, contemporánea, swing, jazz, clásica.... no hay etiquetas sólo música, el drama, una vez más, es cuando se produce el silencio.
Hasta la próxima Hiromi

2 comentarios:

  1. Ohhhh!!!! se ha acabado?, no hay más? si es así, no me ha quedado claro que ha sido lo mejor del festival: Hiromi por la sorpresa, Garbarek por la mezcla de singularidad en el entorno más propicio, Mclaughlin por que.... por que sí..., releo trozos de este blog y me cuesta desgranar entre tanto adjetivo positivo repartido a los artistas, creo que se puede decir que tienes o tenéis el corazón partido, aunque entre los halagos dirigidos a Corea, White y Clarke me ha parecido notar un palpitar especial, es así? o como pasa en otras situaciones los primeros dejan una marca imborrable en nuestro corazoncito, y BB y Staff Banda Bilili han permanecido después de varios días y varios conciertos?
    Un placer.

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  2. No mimari no, para desesperanza de los fieles cansados la crónica de este viaje tiene algunos capítulos más, mencionas a Garbarek en un alarde de posición privilegiada, en estas líneas no se ha mencionado aún.
    Intuyo un cierto aliento a la contención del predicado en tu párrafo, no es gratuito, pertenece por igual a la exuberancia de gran música vivida y a mi carencia literaria y literalidad (los grandes escritores, e incluso los pequeños, crean a partir del texto, yo solo sé definir adjetivando) :x
    Las conclusiones se verán al final, las hay pero de momento están las percepciones y sensaciones a poco del fial de cada concierto (existen tres borradores más que aún no han visto la luz, entre ellos, como no, Garbarek)
    Un beso vida

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