Un espacio de viajes entre la música y palabras

Es que una vez más la música es la responsable

sábado, 23 de julio de 2011

El ronquido de Carlos

Esta es la postura preferida por los ronquidos de Carlos para sonar a discrección
Carlos ronca, esto es un hecho incontrovertible y no me parece que atente contra su intimidad, privilegio tan valioso y tan frágil, al relatarlo. Ronca con la naturalidad de las buenas personas cuando duermen, la panoplia de sonidos y actitudes en el ronquido es variada y sugerente, su ronquido es intermitente y te engaña en muchos momentos, te dices; ya está, encontró una posición silente que lo redimió de ruidosas aspiraciones nasales, error!! tan sólo es un tomar fuerzas para la próxima andanada. Su ronquido acompaña esta crónica y lamento no tener ganas de acompañar la entrada con un clip de sonido de muestra. Ronca mi amigo y lo hace en el descanso de un día falsamente amusical, no los hay nunca y en este viaje menos.
Ayer fue un día tan intenso que me cuesta mucho expresarlo en toda su dimensión, este mediodía mientras comíamos lo comentábamos con Carlos (hay que ver lo que se "casca" viajando en grupo de dos), si el viaje se acabara en la noche de ayer o si se truncara o si nada más valiera la pena de ser reseñado, si sólo fuera lo de ayer ya sería memorable, memorable: digno de ser atesorado en la memoria, y así es, fue una jornada viajera sensacional, no hay más que eso y es todo eso.
Hoy nos hemos despertado algo tarde, a las ocho treinta me he sentado frente al portátil para hacer las entradas de ayer (pedazo de wifi que tiene Patxi en la pensión, por cierto hemos averiguado que se llama Juan Pedro, pero estoy seguro de que es un apodo) y al momento Carlos ha abierto un ojo y me ha dicho que llevaba un rato despierto, pues ya somos dos. Un rato prudente para volcar la memoria en estas líneas y toma de decisiones, hoy es un día libre y conviene pintarlo de deseos nuevos, la practicidad nos hace aprovisionarnos de algo de alimento, ayer, para escándalo de algunas queridas bienpensantes, hicimos una sola ingesta, la de Casa Paco, no desayunamos (como mínimo juntos) y la cena fue una pequeña piscina de medio litro de Heineken para cada uno (pregunta para listos: por qué sólo una? respuesta al final).
Las piscinitas, en la foto no se ve bien lo grandes que eran

Llegamos a la pensión muy cansados y la cama era el valor más potente. Yo me dormí tras unas veinte páginas de Auster y Carlos se despertó a los cuantos minutos para apagar el Ipod y desconectar del todo (y roncar claro, eso que hace tan bien en estos momentos). Hemos convenido que si hacemos una despensita tendremos respuesta a las situaciones similares que se puedan producir, sin prisa, creedlo, sin ninguna prisa, amo a mi amigo por que es mi amigo pero lo valoro, entre otras muchas cosas, porque es un hombre sin apremios y yo, pues yo más. Sin prisa hemos buscado un súper que admita tarjeta, en el tema tarjeta esta bonita población del cantábrico aún está en el siglo XX, y hemos comprado lo básico, una docena de woll-damms (un súper sin wolls no hubiera tenido mención aquí) y algunos fiambres y Bimbo (añoro a una persona que deletrea Bimbo como nadie). A la vuelta Carlos me comenta que le pedirá a Patxi que ponga nuestras latas en su nevera (efectivamente, la suite que nos ha tocado es magnífica pero carece de nevera) y yo le digo que haga lo que quiera pero que en la puerta hay un cartelito que, entre otros avisos, dice que está prohibido lavar ropa (sic) y beber alcohol. Lavar ropa!!! como si fuera posible en una habitación sin grifos!!! este Patxi tiene unas cosas...
Vista desde la suite, el rótulo es bilingüe
y por eso sabemos que ostatua es pensión

Me encanta nuestra vista desde la suite

Foto a traición, no me dijo que la hacía, pero se lo perdono porque sale la camiseta de la cuarta champions

Nuestra intención era tomar un tentempié en la habitación al dejar los víveres, pero ay! a Patxi le ha entrado un pronto marujil y nos está maqueando la habitación, y mira que al salir le he dicho, Eh, que somos tíos, no hace falta que limpies ni esas cosas. Pues ni caso, aquí nos lo encontramos, mocho en ristre y deslizándose por los metros y metros de nuestra suite. El encuentro es algo forzado, él se siente en falta por no hacerme caso (no nos esperaba tan pronto) y nosotros, con las bolsas que nos culpabilizan colgando en las manos, Ahh los hombres, qué obvios y sutiles podemos ser!!! Patxi nos dice: Venga, os concedo dos minutos antes de seguir y nosotros no le comentamos que ha incumplido instrucciones y escondemos la compra en el armario del ala oeste (hay que caminar mucho hasta los otros, Ah qué no hay otros, pues vale).
Once treinta de la mañana, Donostia a nuestro antojo y tan sólo un cometido previsto, la zona azul donde aparcamos ayer está a punto de escupir nuestro permiso (yo sostengo 11:59, Charlie: 11:54), misión, rescatar al Renault de las garras de los innumerables y voraces hombres de amarillo fosforito en la pechera (jo con Odón, se dedicó a la cría de estos especímenes, son más numerosos que los que comentan sus corridas en Estafeta). Llegamos al coche (gana Carlos, 11:54), lo teníamos a tiro de piedra a pesar de ser una zona privilegiada, 6 euros por cinco horas!!! gracias (por cierto, Carlos está tan mono durmiendo entre sus ronquidos que estoy por ponerle una mantita, la brisa que entra por la ventana disipa el humo pero igual "me" lo enfría, pero decido que no, que los machos no hacemos estas cosas!!!) Odón por convertir Donosti en una ciudad presa de las zonas azules (Toda la ciudad!!!!) y más gracias aún por dejar esta área barata, la mayoría son de noventa minutos a 3 euros y pico. Ayer, Patxi nos indicó un par de zonas en las afueras (las afueras de aquí están a una distancia como de dos barrios en BCN) que habían quedado a salvo de la voracidad recaudadora del edil saliente y hacia allí nos dirigiremos (sí MaríadeCarlos, lo sé, tu nos aconsejaste ir en avión). Llegamos a las afueras, en coche se persona uno en un suspiro allí, y encontramos un aparcamiento sin cajero, ummm Qué trampa será esa?, tiene barrera pero no cajero, una simpática donostiarra a la que impedimos la entrada al estar plantados frente a la barrera nos informa, es un aparcamiento universitario y va con tarjeta pero como la barrera de salida está abierta nos dice, con esa inconsciencia indolente tan propia de esa edad, Pues entrad por la salida (la barrera de la salida está plantada en alto sin asomo de descender) y así hacemos, temiendo que de un momento a otro suenen las sirenas de toda la zona universitaria y una horda de pechos amarillos nos rodeen y amenacen con sus aparatitos de multar. Pues no, no pasa nada de eso y aparcamos ricamente. Lo que pasa es que uno es como es y no me quedo tranquilo, si dejamos el coche ahí no lo iremos a buscar hasta el lunes y a esa hora y a esa fecha no me convence nada el encontrar problemas (en realidad ni esa fecha ni a ninguna) y mientras nos volvemos al centro mi cabeza no deja de procesar inquietud, en eso que vemos a un tipo aparcado en una zona dudosa, hay líneas azules (benditos pintores urbanos de Odón) pero no acaban de definir bien el entorno recaudador (estamos en zona universitaria moderna y el diseño hace estragos en el urbanismo clásico) y le digo a Carlos que pare (pero qué bien ronca el bendito) y me voy a convertir al tipo en informante. En la charleta me dice que "visca el barça, el tipo puede ser lo que sea pero no es ciego y mi camiseta de la cuarta champion no es sutil, y yo le digo que gracias y que el rollo de las zonas azules no es más que una argucia del consistorio en dotar de algún defecto a una ciudad que carece de ellos, tendrías que ver como se le ilumina la cara al donostiarra, todos los humanos son tan del terruño!!!, no sé si por mi sincera expresión de admiración a su ciudad (hace años que manifiesto que si no pudiera estar en BCN hay tres ciudades donde viviría, todas en España off course, una es Donosti y las otras Granada y Girona) o porque el tipo es dicharachero, la cuestión es que me informa que a poco de allí, osea, en las afueras de las afueras, se acaba la zona azul y existe una zona LIBRE!!!. Sin dudar ni un segundo de la veracidad de la información, cómo podría? es un tipo avispado que reconoce el buen fútbol, le digo a Carlos que "abortar, abortar" y que nos llevamos el coche más allá de la colina. Y sí, ahora puedo decir que sí, tenemos el coche fuera de zona de pago y LEGAL!!!!!. Feina feta no fa destorb.
Uno de los dos es friolero

A todo eso el tiempo es magnífico, mirad la foto de nuestros atavíos y veréis que yo tenía razón, Carlos ya arrastra la "remera" de manga larga y la chaquetita y yo tan ricamente. Vuelta a pie a los adentros, y en el camino comentamos que tomaremos un algo en algún sitio (como amo a este hombre tan acomodaticio) y vamos paseando y charlando. Ambos compartimos la teoría de que para parar a comer o tomar en algún sitio el sitio te tiene que llamar, y de repente, en plena zalle Zarautz (pueblo pijonacionalista y precioso donde los haya) que ya quiere decir algo, nos topamos con una terracita (nos ponen las terracitas) del Txoko del montadito, mmmmmmhh, cómo resistirse a esta declaración de hedonismo puro?, entramos y Fátima (el nombre lo averiguo luego) nos acoge con una sonrisa amplia pero correcta y ante mi estupefacción, la barra está más vacía que las gradas de un Bujaraloz promesas versus Cienpozuelos Atlethic, me aclara que los montaditos se hacen al instante y por eso no hay ninguno a la vista, Carlos me dice que quiere un birrita y ya está y se va al baño, yo me aprovecho y le encargo ocho montaditos para ir tirando, y al pairo de unas Abadías de Yuste (tres sólo por cabeza) nos ventilamos dos montaditos de Idiazábal (gracias a este pueblo por crear este manjar!!!), dos de huevo frito (gracias gallinas), uno de guindilla (sólo para mí que cehache no es aficionado), y algunos más que mi desmemoria no ha registrado. Espectaculares, nos los zampamos sin prisa, en la charla continua que no cesa.
Carlos en plena faena, no me preguntéis de qué era pero seguro que estaba de muerte

Qué bien hemos comido!!, como de momento el promedio de ingestas es una al día tenemos que esforzarnos en que sean muy especiales y de momento lo conseguimos. Al llegar a la concha Carlos me sugiere acercarnos al peine del viento y sus sugerencias, en casos tan atinados más, son órdenes para mí (qué buen compañero de viaje resulto), la belleza de este rincón no tiene límite, ya no los tenía antes de Chillida pero con sus tres obras empotradas en la roca el lugar deviene mágico. Precioso, hermoso y magnífico, el sol sigue acompañando y el momento troca el día en más especial.
Esta foto en realidad es una autofoto de los dos, yo estoy a la derecha de la foto, pero no apunté bien y el azar mejoró el resultado previsto. Nos encanta esta foto!!!

Ya voy mejorando con las autofotos!!! Qué rincón!!!!

Vuelta a casa Patxi, yo me voy a duchar y Carlos a leer la prensa en el portátil (grrr, me lo ha quitado), todo bien, yo me duermo después de leer un poco (pobre Paul, no me tiene despierto más que unos minutos) y él.. el también!!!!! Despierto y transcribo los recuerdos del día. Nos queda por delante una noche en Donosti, nada más y nada menos.
(Solución al enigma cervecil, una sola piscina de Heineken porque cuestan siete euros cada una y ambos somos padres de familia, Carlos apunta que además es que son Heineken!!!)

5 comentarios:

  1. Qué manera de transmitir nada más que bienestar... se les ve en las caras. Grandes y ricos besos para ambos
    Paz

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  2. Sólo te puedo decir que las caras se quedan algo cortas para lo sensacional que lo estamos pasando. Es un viajazo, un reviaje.
    Besos Paz

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  3. Esas vistas!!! Desde el balcón y desde la orilla, son geniales!!
    Genial foto montadito con el nombre del local, siempre va bien si se hace una nueva visita o en mi caso para ir a tiro fijo :)

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  4. Si quieres ir a tiro fijo Olga espera un poco a otras entradas que llegarán ;)

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  5. Como no me urge por el momento espero esas nuevas!!!

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