Un espacio de viajes entre la música y palabras

Es que una vez más la música es la responsable

viernes, 22 de julio de 2011

La tormenta perfecta

Coño con los chicos de las sillas de ruedas!! Carlos y yo ya nos entusiasmamos con el vídeo promocional que vimos cuando preparábamos el viaje, pensamos que estarían gracioso y frescos, pero qué error, estuvieron atronadores, brutales, más negros que los músicos más negros y vitales, felices, enormes. Una tormenta sónica que nos destrozó los pies a todos los que estuvimos con ellos. La playa congregó una multitud entussiasta, la mitad más o menos que BB y la puntualidad fue, de nuevo, casi perfecta. El presentador arrancó en esukera un par de minutos (un euskera perfecto porque no entendimos ni una) y luego de forma cortés nos lo tradujo. Cuatro vocalistas en sillas de ruedas (fue una noche de genios sentados y de oyentes de pie), un batería (le llamo batería porque tocaba un instrumento asemejado a ese instrumento pero hecho de troncos vaciados, latas, un par de ollas y potes varios), un bajo, un guitarra y un jovencito que cantaba y tocaba un instrumento que no pudimos entender en todo el concierto de qué estaba hecho.
Y sonaron, fue indescriptible, y a pesar de ello lo intentaré describir. Su música es Africa en pie, es la alegría de saberse vivos y gritarlo sin recato, no hay ritmo como el suyo y no hay voces más versatiles y entusiastas, cantan en francés y en su idioma (son congoleños). Estuvieron 75 minutos a toda pastilla tocando y bailando, hay que ver como se puede bailar en una silla, con las ruedas, con el cuerpo, con los brazos... uno de ellos incluso se bajó de la silla y se marcó unos pasos guiando las piernas deformadas con sus brazos (increible). Podría parecer que el tesoro estaba en el ritmo y nada más inexacto, los Staff Benda Bilili son músicos en mayúsculas (o sea MÚSICOS) y tocan maravillosamente y el ritmo es uno de sus recursos, algunos temas se iniciaban con una cadencia suave, voces acompasadas, algo de percusión, un poco de bajo, aire de Africa central pura, y se iban calentando, hasta situarse de nuevo en el galope desbocado del batería y el bajo en perfecta comunión. Mención especial para ambos, para ser una formación africana eché en falta, al verlos aparecer, más percusión y tal vez una segunda guitarra o un teclado para reforzar la sección rítmica. Enorme error!! el palos se bastaba para nutrir de compás a tres bandas más, su energía, versatilidad y sonido fueron apabullantes desde principio a fin (Carlos aún está conmocionado con el chavalín) y el bajo, oh el bajo, (sonando algo mejor en general este concierto, la mesa ha mejorado o los Benda llevan sus técnicos que son mejores) el chico es un cañón de metrónomo, dota a toda la banda del latir correcto, sube, alienta, nutre, dota, emerge, enciende.. todo lo que el instrumento de cuatro cuerdas puede hacer el lo borda. Un monstruo en una banda de genios. Amparados por esta parejita de joyas las voces nos desnudaron de nada más que no fuera goce y baile, disfrute a raudales, felicidad pura. La guinda la puso el cantante bailongo, uno de los dos no afectados por la polio (el otro es el bajo), con su instrumento que a veces sonaba como un globo deshinchándose nos ofreción unos solos aullantes, filos sonoros que se hermanaban con los, escasos pero inmensos, navajazos que BB había repartido con su guitarra, salvaje belleza y energía a raudales. A estas horas tempranas de la mañana seguimos boquiabiertos y felices.
Hay que reseñar que estuvimos a punto de ser derrotados por la lluvia, el sirimiri nos ha estado acompañando intermitentemente desde la llegada pero hubo un momento en el intermedio de los dos conciertos en el que el agua tomó forma de lluvia, desbandada en la playa, ordenada pero decidida. Pensamos que habiendo visto a BB el empaparnos esperando a los africanos, con el fresquito que traía la brisa del mar, no era muy oportuno, caer resfríados ante la de conciertos que tenemos por ver no es mada correcto. Y fuimos al coche a dejar las sillas y a dejar que se definiera el tiempo. Volviendo vimos que había amainado y nos recolocamos frente al escenario a escasos siete u ocho metros del escenario. El resto ya lo he contado.
Estos son los Staff Benda Bilili, a fijarse en el "instrumento?" del tipo de rojo y en la "batería?"...

Panorámica de las sillas, lástima que no salga en movimiento para verlos bailar

Así de hermosa estaba la noche, ya había dejado de llover y nos decidimos a volver

Esta foto es un pequeño milagro, conseguí captar un instantín en el que Carlos no bailaba!!!, en realidad era un intermedio :)
Volviendo para la pensión, agotados y refelices, pensaba en que cada concierto es un viaje en el viaje, BB nos llevó a una vida intensa y enamorada de la guitarra, un recorrido por el sentimiento y la alegría de compartirlo. Los Benda nos lanzaron en medio del África central y nos embarcaron en la fiesta pura y la belleza. Viajes

2 comentarios:

  1. Que chulo esto de un viaje en el viaje, he viajado un poco a través de tus palabras.
    Que continúe el viaje...

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  2. Gracias amor, me encanta que viajes con nosotros ;)

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