Un espacio de viajes entre la música y palabras

Es que una vez más la música es la responsable

sábado, 25 de febrero de 2012

A love to Trane

El genio
Mi relación con John Coltrane podría definirse como peculiar, podríamos decirlo así para que ninguno de los devotos del saxofonista se altere demasiado. La peculiaridad es que reconociéndole extraordinario talento tengo demasiada tendencia a considerarlo un miembro, destacado eso sí, de las formaciones de Miles, y es un músico con tanta entidad que a veces me asombro por no tenerlo siempre presente. Lo descubrí como a todos los músicos de Jazz, a través de Miles, en su caso por una relación directa que mantuvo con él, en la mayoría porque es Davis quien abre mi interés hacia esa música excepcional y actualmente estoy ampliando mi campo de interés en ella hacia la era clásica, pre Bebop, sobre todo gracias a las doctas recomendaciones de Félix y Mario que son una fuente inagotable de yacimientos prodigiosos.
La pareja de genios
Trane fue la otra luz del prodigioso primer quinteto de Miles y desde hace muchos años fui siguiendo su prolífica carrera con más o menos acercamiento. Una vez más declararé que no soy experto en nada y menos en John Coltrane, su inmenso genio creador, su revolucionario paso por la música y su "verborrea" creativa, son demasiado grandes y no ha tenido toda mi atención en todos estos años.
Para subsanar esa tara que arrastro hace tiempo, tengo la intención de "hacer" un semestre Coltrane, debía haber empezado en enero, pero las entradas tienen vida propia y no se ha dado la ocasión hasta ahora, el proyecto pretende recorrer las épocas que el saxofonista protagonizó a través de algunos discos suyos con un contenido especial para mí, el primero de todos ellos es Mi disco de Trane y uno de los pocos trabajos de la música que pueden presumir de estar a la altura del Kind of blue.
John Coltrane graba A love supreme en 1964, en los albores de la explosión hippie el genio estaba viviendo un renacer personal que se veía acompañado por la ebullición musical y artística del momento. Mi teoría personal es que escribe el álbum cuando se enamora de Alice, su segunda esposa, con la que hacía unos meses que vivía (al final todos los conceptos más elevados del amor, incluso éste, el más alto, de amor universal, tienen que ver con el sentimiento personal de cada uno), en ese momento, Trane estaba en lo más alto, había encontrado a su media naranja, músico como él, Alice era pianista de Jazz y con un interés notable por misticismo indio, muy similar al del saxofonista. Además, se sentía en armonía absoluta con todo lo que hacía, el cuarteto clásico estaba más que consolidado y la potencia de la formación se evidencia en todas las grabaciones de esa época, ALS es un legado y un camino, consolida el estilo de lo grabado hasta esa fecha por la formación y abre el sendero para las derivas de Free con las que Trane caminará durante los escasos años que le restan de vida.
La intensidad del amor
Ha sido disco de cabecera para mí durante largas temporadas y tiene una virtud extraordinaria, cuando paso épocas en las que escucho de forma exclusiva a Miles es de los pocos discos con los que puedo "romper" la adicción de forma natural, aunque tiene un gran defecto, es muy corto, ello me obliga a escucharlo algunas veces de forma consecutiva para poder quedarme satisfecho, los adictos somos así. Debo decir, no obstante, que desde que conseguí la versión "de luxe" que contiene como material adicional, los cuatro temas en directo tocados como suite (Sain Jean Les Pins, 1965) y cuatro tomas alternativas, el mono es menor.
ALS está en todas las listas de los mejores discos de la historia y es, con diferencia el disco más vendido por el artista. John tiene el privilegio, y obviamente, también la culpa, de estar en dos de los mejores discos de todos los tiempos, el mencionado Kind of blue y éste, no puede deberse a una casualidad, por lo tanto sin osarle quitar el trono a Bird como el más grande saxofonista de todos, cada cual que elija el que más le guste que los rankings son para eso, lo que si diré es que Coltrane es el hombre que más voz, y más intensa, le ha dado al instrumento. Mi semestre Trane pretende demostrarlo.
El cuarteto
En 1964, como ya hemos comentado, el cuarteto estaba en su apogeo, llevaban más de tres años juntos, habían grabado varias joyas y sus directos eran excepcionales. Los músicos del disco y del cuarteto eran:
John Coltrane. El mejor alter ego que tuvo jamás Miles quería volar lejos del trompetista, Miles mandaba en su quinteto y John tenía ideas propias, cuando deja la formación, desde su inolvidable solo en Round midnight hasta los grandes discos con Columbia, sin olvidar las cuatro fabulosas grabaciones del 56 con Prestige (cuatro obras sobre las que espero realizar una entrada este semestre), ya nos ha regalado innumerables momentos únicos en la historia de la música. El "alumno" debuta con Giant steps (1960) en su primer disco con todas las composiciones propias y desde ahí no deja de mejorar hasta llegar al ALS y otras obras maestras.
Trane en la época Blue Note
El saxo aprendió de Miles varias cosas, una era el papel de director del grupo, no era tanto la función de componer sino la de dar el sonido buscado en cada ocasión, la gran diferencia que encuentro entre ambos era que mientras Miles mejoraba a sus músicos con un nivel de exigencia brutal y los quemaba (nunca tuvo un  músico más de dos o tres años de forma consecutiva), Coltrane supo rodearse en sus dos cuartetos de músicos que eran grandes y se sentían cómodos con él, el fin del primer cuarteto, el que nos ocupa, lo provocó la evolución musical de Trane, no un maltrato o desconsideración. Otra cosa que aprendió de forma magnífica fue la de grabar los discos en tomas enteras, sin apenas edición ni mezclas posteriores, tal vez por ello el KOB y el ALS tengan tantos vínculos. Coltrane tocaba alto, tenor y soprano (algún día habrá que explicar la anécdota entera y las consecuencias de que Miles le regalara un saxo soprano a Trane, a pesar de que este no lo tocaba en aquella época), pero en el disco sólo hay saxo tenor y a pesar de que Félix no lo tenga como su saxo tenor favorito (la elección de Sonny Rollins tampoco es mala), creo que la interpretación que John hace en este disco es una de las cumbres absolutas en el uso de este instrumento.
El hombre que mejor "habló" con Trane (con permiso de Miles)
McCoy Tyner. Uno de los más grandes pianistas de Jazz de todos los tiempos (verdad Mario?) y un complemento perfecto para esta época de Trane, estuvieron juntos más de cinco años y todo lo que salió de sus instrumentos fue magnífico, ese fue todo el tiempo en el que John tardó en explorar el jazz modal y salir en busca de otros rumbos, como ya he comentado fue McCoy el que lo dejó porque no se sentía cómodo con el sesgo que estaba tomando la nueva música del saxofonista, pero en esos años el piano de Tyner fue el alter ego perfecto del saxo en el cuarteto. El dominio de los matices, del tempo, del ritmo, de los silencios y de las ráfagas, es tan absoluto que estoy convencido de que Trane lo echó a faltar desde el momento que no estuvieron juntos, aquí lo está y de que manera.
Jimmy Garrison. El bajista era el miembro más reciente del cuarteto en el momento de la grabación del ALS, se unió al cuarteto en 1962 después de colaborar un tiempo con otro monstruo del saxo, nada menos que Ornette Coleman, con quien volvería nuevamente después de Trane. Es la máquina perfecta, el alma indicada para un grupo que hacía brillar a todos sus componentes, sus solos eran frecuentes y estaban dotados de un alma que con frecuencia se echa en falta en otras acutaciones de bajistas, más preocupados por el efecto sonoro que por el fluir musical, en el disco suena magnífico y conduce los temas como un maestro.
El batería que Hendrix amaba
Elvin Jones era el percutir de este combo, el sonido de su batería es goce puro, dotado de una técnica sobresaliente exhibió durante toda su carrera un sentido del ritmo único que le permitía seguir a Trane en sus galopadas y complementarse de forma perfecta con Garrison, o Reggie Workman anteriormente, en el cuarteto. El sonido del cuarteto precisaba de un pegador de estas características para no verse encorsetado, sobre todo en directo, por un simple seguidor de ritmos. Su prestigio ha sido inmenso y alguien que sabía un poco de música como Hendrix, loaba a Mitch Mitchell (su batería en la JH Experience) llamándole su Elvin Jones particular, creo que el dato habla por sí solo.
Vamos con el disco. El álbum, como el KOB es una obra conceptual, incluso más que aquel, está concebido como un canto de amor absoluto (ya hemos comentado las terrenales razones de John) y se compone de cuatro partes que reflejan el camino del amor elevado: Acknowledgement, Resolution, Pursuance y Psalm
El inicio del primer tema recuerda, en cuanto a la atmósfera y intenciones hipnóticas al So what, un breve destello de metal nos deja en manos de la rítmica, primero el bajo, se incorpora suave la batería y no tarda el piano, la característica melodía que luego es cantada por Trane (a love supreme, a love supreme....) nos atrapa y nos prepara para una de las mejores entradas de un saxo tenor entre las que conozco, es brutal, el músico está loco por su chica y quiere que el universo se de cuenta. El saxofón empieza atemperado, no quiere desmadres porque está en la fase de conocimiento de su estado y la pieza se desarrolla con un ritmo suave, algo creciente pero sin dejar que el goce obnubile el son. Si el disco acabara aquí ya sería una obra maestra, pero el viaje hacia el éxtasis amoroso sólo está empezando.
La edición completa
Resolution se abre con unos dedos de Garrison hasta permitir que entre toda la banda arropando el elegante aullido del metal, Jones está más activo, el ritmo es mayor y es en esta pieza donde me maravilla por la sutileza y perfección con las que el batería dota al tema, sus percutires dan paso a un solo del gran Tyner, pero qué bueno es ese pianista!!! Vuelve el saxo con un tono algo desgarrado, como transido de la emoción, goce total, y los fraseos medios llenos de intensidad van dejando que el tema se apague.
Pursuance se inicia con un solo de batería, ya hemos comentado acerca del desbordante talento de Elvin jones y aquí nos deja una muestra del mismo con el remedo de un cumplimiento amoroso, su momento permite que John entre en el tema cuando ya está caliente, apenas unos soplidos para que Tyner extasie de nuevo, es de esos momentos en los que creo que estamos ante la sección rítmica más talentosa que se pueda escuchar, todos cumpliendo como dioses, y reinventando el swing sin desmayo. Las ráfagas con las que el saxo nos inunda preludian los tiempos de Free que están por llegar, hermosos y potentes, hacen avanzar el álbum con conceptos más "modernos" y nos lleva al último track, en mi vinilo estaban encadenados sin pausa entre ellos llenando la segunda cara.
John y Alice, a love supreme
Psalm (el paisaje después de la batalla) enfila unas percusiones que se hacen graves y el camino de saxo que dibuja Trane es descendente, desde unos arrebatados fraseos iniciales se va calmando en  pos de la salmodia final de agradecimiento al ser superior, no olvidemos que es un disco de vocación muy religiosa, mística y podríamos decir que de un ecumenismo universalizante. El tema corresponde a un salmo escrito por John y en el que prácticamente cada nota corresponde a una silaba del texto. El descenso desde ese arranque enérgico contiene los saxos más arrebatados y vocales del disco, el metal se hace humano y Coltrane nunca ha sonado tan hermoso. Si en su día le adjudicamos al cello la preeminencia sobre los instrumentos de cuerda, es el momento (y que Miles me perdone) de otorgarle al saxo la suya sobre los de viento, es tal la calidez con la que John música las palabras de sus versos, tan íntima la declaración de amor que vierte, que es imposible que exista un sonido superior.
El disco con las tomas suplementarias sigue y aparece el sonido de Trane en directo.... El concierto grabado merecería una estrada complementaria pero estoy seguro de que quien haya llegado hasta aquí ya habrá acumulado suficiente interés para hacerse con la obra, en ese caso que lo haga por su versión de luxe que es la que recoge el recital.
John viviría tres años más hasta que su hígado se desintegró, nos dejó un legado inmenso, más de cien discos oficiales que recogen unos escasos quince años en activo, murió a los 41 años y es inimaginable la dimensión que hubiera adquirido la música que hubiera creado, lo que es perfectamente constatable es la que sí nos dejó. Vamos a disfrutarla.

8 comentarios:

  1. Sí, ¡vamos a disfrutarla!
    Después de tu magnífica entrada voy a apreciar mucho más a Coltrane.
    Como siempre, gracias.

    Un abrazo, Ferrán.

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    1. Hola Paz,
      Qué comentario tan bonito!! Muchas gracias, se ve que el ALS es contagioso :-)
      Un abrazo!

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  2. Bonito post , muy bueno John, también me gustan mucho Shorter y Parker. Igual que para ser un gran guitarrista flamenco hay que ser andaluz para tener el duende del jazz hace falta ser norteamericano y negro , aunque los hay muy buenos en Cuba y Brasil
    Un saludo

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    1. Hola Manuel,
      Gracias por el comentario, John era lo más pero Bird y Shorter tampoco eran mancos, por supuesto. Lo que pasa es que A Love Supreme lo hizo John y eso pesa :-)
      A mí lo de los guitarristas flamencos "importados" no sé, no he encontrado a ninguno que se le desparrame el duende, pero debe ser que no he mirado mucho.
      Un saludo,

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  3. La elaboración de la cena de hoy estará amenizada por ALS
    Un beso

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    1. Seguro que estuvo a la altura de la cena preparada (el ALS, claro)
      Un beso

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  4. Sobre "A Love Supreme" ya has dicho todo y está todo dicho ¿Que se puede añadir sobre un disco que tiene dedicado un libro entero?. ¡¡ Me parece más que increíble que en su momento se me pasara este artículo!!, pero así fue. Muchas gracias por citarme no una sino 2! veces. Yo no soy fuente inagotable de nada, lo que pasa es que según voy descubriendo el Jazz pre-bop, lo comparto. El guiño sobre McCoy lo comparto, gracias, ya sabes que le considero "la otra voz" indiscutible del quinteto y cuarteto, y su posterior carrera es prodigiosa, no era un subordinado, era un imprescindible complemento con unas cuantas obras maestras a su nombre tras abandonar a 'Trane. No estamos de acuerdo con tu "forofismo" por la rítmica. Yo prefiero a Roy Haynes o Pete LaRoca, y a Reggie Workman.

    Creo haber comentado que mi disco favorito de Coltrane es "Crescent", y si alguien hubiera esposado a Elvin no tendriámos que soportar el cierre con "The Drum Thing". Yo escucho la copia que me hecho del CD sin el último tema, y entonces sí que es un disco perfecto. Sin embargo, cuando salgo de una fase depresiva, doy gracias a Dios con "A Love Supreme".

    Vamos a ir desfasados en tu "Semestre Coltrane", yo ayer o anteayer colgué en mi blog un anuncio de que por saturación dejaba temporamente a Coltrane y me iba a dedicar al período 47-55 de Miles, que tengo la caja completa de 9 CDs de época, y como ya la tengo bien re-escuchada es el momento de compartirla con vosotros. Y si me acerco a Trane, será a traves de las 3 cajas de Prestige.

    Pero quedo a su disposición para cualquier colaboración sobre 'Trane.

    En Leganés hay una calle dedicada a AC/DC y otra a Rosendo. Si vivieramos en la misma ciudad deberíamos formar un "Club de amigos de Miles Davis" y proponer a la alcaldía la adjudicación de una calle a su nombre.

    Un abrazote

    Mario

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    1. Hola Mario,
      No hay problema de desfases porque yo estoy muy blogparalizado, tengo algunas entradas en marcha pero no avanzan y tal vez el semestre no sea este o lo que salga.
      Mi forofismo por la rítmica no se pondrá en discusión porque tú eres el experto en esto pero a mí me funcionan de miedo en este disco y en otros.
      Propongo que el club se llame "Club de devotos de MD", era un tipo del que dudo que hubiera podido ser su amigo ;-)
      Un abrazo

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