Un espacio de viajes entre la música y palabras

Es que una vez más la música es la responsable

jueves, 30 de junio de 2011

Las semanas nos acercan a los días previos

Confeccionado el programa, tocaría aparcar el tema del viaje hasta los últimos preparativos previos a la salida, pero no es mi caso, me lo tomo como si me preparase para hacer el camino, como Cristina con sus caminatas previas para probarse y probar calzado. De entrada borro toda la música del Ipod y le cargo todos los discos de Jazz y Blues de los que dispongo, son 70 gigas de Jazz (643 discos) y 10 de Blues ("sólo" 102 discos), la idea es preparar los oídos con este intensivo, no me parece adecuado salir de Wagner (por ejemplo) para aterrizar en Donosti y caer en los brazos de la inimitable Lucille del maestro King, son semanas de ir sumergiéndose en los mundos de los músicos que disfrutaremos, y de sus maestros y sucesores, y sus coétaneos, es un viajar antes del viaje.
Como prólogo a todo ello me pertrecho de las dos biografías de Miles Davis que me "cayeron" en los regalos de reyes, la autobiografía autorizada y la biografía desautorizada por él. Durante unas tres semanas me acompañan y son la lectura exclusiva, bajo el sonido de sus bandas y de su trompeta se deslizan las narraciones de su vida en una alternancia sincronizada entre los dos libros para ir conociendo las dos visiones de forma conjunta. Reconozco que en algunas ocasiones el resultado de todo ello se convirtió en añoranza de los conciertos, que ya no se repetirán, del más grande entre todos, pero no duran mucho, cuento que varios de los músicos que si estarán, formaron parte de algunas de las mejores formaciones y eso no es poco.
Acaban las biografías y el sendero musical se amplía (durante la lectura Davis, perdón por la obviedad, sólo sonaba Davis), surge Cassandra, McLaughlin, Corea, BB, Garbarek ..... Y muchos otros que no veremos pero que confluyen de maravilla.
El aporte musical para el viaje se complementará con el nuevo Ipod de Carlos (o es de María?), contiene unas cuantas Gigas de otras músicas por si hay que hacer algún pequeño descanso de la banda sonora oficial del viaje.
Hemos decidido ir en el Renault de Carlos por varias razones (a pesar de que a mí no me gusta moverme en otro coche que no sea el viejo Picasso), la principal es que mi María pueda disponer de nuestro coche familiar, la María de Carlos apenas conduce y a buen seguro ni notará que no dispone de vehículo. Otro motivo es que para algo tiene que servir toda la preparación y puesta a punto que Carlos le ha dedicado al coche, estará recién salido del taller, con el aire acondicionado pidiendo a gritos que lo conecten y el motor con sed de carretera. Será el Reanult y estará perfecto. Los días avanzan.