Un espacio de viajes entre la música y palabras

Es que una vez más la música es la responsable

viernes, 16 de marzo de 2012

La mirada del azul

Este fin de semana hemos podido, al fin, embarcarnos en el viaje de ver el mundo como el genial Joan Miró. Desde hacía cinco meses que por una razón u otra no había sido posible ir a la exposición "L'escala de l'evasió" y el plazo se agotaba este domingo que viene. La magnitud de la exposición hacía desaconsejable llevar a los enanos, sobre todo al pequeño, porque si se quería paladear con el tiempo necesario el excelso recorrido por la obra del barcelonés su grado de aburrimiento hubiera sido más que comprensible.
Acercándonos al viaje
Las razones para no perderse la experiencia son varias y todas suficientes, la primera es que cualquier mañana de domingo se hace agradable si se empieza en la Fundació Miró, el enclave y el edificio contienen suficientes elementos parea justificar el acercarse. Esta vez la contemplación de los cuadros era mucho más imprescindible ya que es la mayor agrupación de obras del pintor a la que yo recuerde haber tenido acceso, hay bastantes cuadros provinientes de colecciones privadas, de la Tate, del MOMA, ...
Las Marías y Carlos en la llegada
No puede hablarse de una integral ya que eso es imposible en casi cualquier pintor y en uno tan prolífico como este más, pero la muestra recoge una más que notable selección de todas las épocas y con ello no es que uno se conforme, es que se eleva sin remedio. Por último, y por esas cosas que la vida te sorprende gratamente, es que teníamos las entradas pagadas gracias a un concurso amable en el que participamos, si los diez euros de la entrada no eran ninguna barrera real, el tenerlo gratis hacía más obligado ir.
Y allí nos plantamos Carlos, las Marías (mía y suya) y yo, apenas un cuarto de hora antes de la apertura del museo y una minúscula cola nos confirmó que la elección del timing había sido correcta, entraríamos con la primera tanda y podríamos disfrutar de toda la exposición sin temor a la hora del cierre.
Ya en la puerta
La entrada a una exposición, aún en el caso de una ya vista, siempre me provoca una transpiración anímica muy excitante, es un proceso de inmersión tan brutal en el alma de otro ser humano, un viaje a su interior tan modulado por el espectador, que el hormigueo de ese vértigo siempre aparece, y esta vez también. Las buenas referencias del conjunto de obras expuestas y el exquisito cuidado con el que habitualmente montan sus exposiciones ayudaban a elevar la avidez de percepciones que Miró siempre me provoca.
Miró descubre el campo
La liebre (el perro evolucionado) y la luna
El itinerario, no debe ser de otra manera, era cronológico y al contar con suficientes muestras de todas las épocas, se podía sumergirse con amplitud en cada una de ellas. La pintura adolescente de Miró no existe, su talento es tan brutal, su trazo tan perfecto y personal que desde la primera obra estamos ante un pintor maduro y casi completo, la saga de MontRoig es preciosa, desbordante del tremendo impacto que representó para el pintor urbanita el descubrimiento de la vida rural. No me gustan demasiado las etiquetas en la pintura y en Joan aún menos, su primera época es un precioso ejercicio de dibujo magistral mientras el pintor está inmerso en la búsqueda de sus colores, pretender encasillarle en surrealismos o postmodernismos me resulta absurdo. La celebre Masía preside esta época pero los tesoros que la flanquean no son menores, un pintor menos ambicioso hubiera podido hacer su carrera con este estilo sin dejar de ser grande, hubiera encontrado el color que el dibujo merecía y hubiéramos tenido un "happy end" asegurado. El tratamiento que el genio da a la tierra, las superficies y los detalles deslumbran en cada una de las obras expuestas.
Pero Miró es el artista total, él siempre respira insatisfecho ante la repetición, se siente impelido a avanzar en la búsqueda de la línea perfecta, del color adecuado, del cuadro inapelable, el mira el mundo y necesita mostrarnos lo que ve.
La universalidad local
El siguiente paso es París, y la capital del arte en aquel momento lo acoge y catapulta su obra hacia nuevas expresiones. El cosmopolitismo que todo gran artista derrocha y que la ciudad impulsa con tanto afán se convierte en el ahondamiento de el sentimiento local y Miró nos ofrece la maravillosa serie de cabezas de catalanes y el extraordinario lienzo "Le catalan", aún retengo parte del  impacto que me produjo esa joya. El pintor ya ha encontrado el color, lo domina como nadie y sus formas se depuran sin límite, y en la misma sala nos espera otra de las cumbres de la exposición "Paysage (La Lièvre), un lienzo menos conocido que el "Chien aboyant à la lune" pero superior en cuanto es la culminación de lo que el chien apuntaba, una de esas obras que merecen toda una exposición para ella sola... y no es ni mucho menos la única que nos vamos encontrando.
la localidad universal
La vuelta a España durante la república y hasta el advenimiento de la guerra civil es una de las épocas más difíciles para el pintor, su obra lo refleja con nitidez, no hay concesión a la estética, el trazar es áspero y las formas convulsas, aparecen unos collage algo irregulares y el ansia de lo que vendrá nos hace demorarnos poco en esta época.
Vuelta a Francia y los cuadros siguen ahondando la lobreguez, las piezas sobre masonite nos sobrecogen, poderosas como pocas nos retuercen el alma en su contemplación, Miró es un exiliado doliente y sus colores son emblemas perfectos del desarraigo. Cuadros sin título que nos permiten desfilar por los años en los que el fascismo internacional aplastaba a la España republicana, tal vez el mejor emplema de todo ello sea el espectacular "Nature morte au vieux soulier", pocas palabras pueden decirse ante tamaña andanada expresiva, el zapato viejo y el mendrugo, y los restallantes colores del artificio.
La exposición prosigue, caminamos. Deambulamos por la serie Barcelona, las litografías de retratos que bebemos con la mirada hipnotizada y alcanzamos otro de los momentos álgidos, las archifamosas constelaciones, una vez más me sorprende su escaso tamaño, Miró las concibió como cuadros que debían ser enormes y su magnificiencia está contenida en lienzos que no superan el metro cuadrado, la serie que lo situó en el olimpo de los creadores del arte de todos los tiempos y una decena de obras que sientan cátedra sobre el universo mironiano.
l'etoile matinale    hay que tenerla delante para ....
Desde el "Le Lever du soleil" que las abre, hasta "Le passage de l'oieassau divin" asistimos a una buena muestra de las 23 obras que componen la serie, soberbias todas pero imprescindible para mí "L'etoile matinale" y "Le Passage de l’oisseau divin". En esta época Miró consolida los iconos con los que será identificado el resto de su vida y por el que le solicitarán murales y carteles varios, pero su creatividad bulle y el pintor sigue caminando.
A partir de esta época el alud de cuadros que te dejan sin aliento es continuo, debe decirse que ya se llega ahí con el respirar entrecortado, "La femme rêvant de l'evasion", el brutal autorretrato empezado en el 37 y finalizado en el 60 y la sala de los Bleu (I, II y III) que obliga al paseante a sentarse y soñar, a serenarse y luchar contra la terrible atracción que la serie provoca, a mirar con el alma de un pintor irrepetible el universo en azul. Miró en grandes lienzos abochorna el espíritu sin piedad, no hay más que situarse frente a ellos y los cuadros se encargan de todo.
Fruto de un viaje a Japón el pintor les lanza un guiño hermoso a los pintores nipones, la maravillosa "Goutte d’eau sur la neige rose" es más japonesa que un estanque de lotos y tan universal como los ojos del pintor.
El viaje nos prepara para otra sala tríptica, las tres "Peinture sur fond blanc pour la cellule d’un solitaire" (I, II y III) son otra cicatriz indeleble en la piel del que escribe, una tilogía de la permanente de la Fundació que ya he visto en otras ocasiones y que siempre me convoca y me remueve. Un genio del espacio, del color y del dibujo desnudando el trazo de todo aquello que no merece estar contenido en el lienzo, puro zen, puro mediterráneo, pura pureza.
Una mujer en el sitio perfecto
Los "L’espoir du condamné à mort" (I, II y III), siempre presentes, siempre destacados, siempre hermosos, en los últimos años del artista su dominio del cuadro era casi insultante, y a pesar de alguna "patinada" como las manos en las constelaciones o los cuadros pintados con fuego (en qué estarías pensando Joan?) el final del recorrido no deja de llenarnos los sentidos, las dos "Tête", los tres "Feux d’artifice" (el II, qué maravilla!!!), los "L’Espoir du navigateur"....
Luz pura
La mirada perenne
Miró sigue creciendo como pintor y en el trayecto lo hemos visto pintar con todas técnicas posibles, sobre innumerables superficies, con variación de formatos ... pero sobre todo lo hemos acompañado en la búsqueda más hermosa. La mirada del azul, el color de los ojos del mejor pintor de todos los tiempos (con permiso de Velázquez, off course).
El impacto que nos provocó a todos la experiencia, de algo más de dos horas, fue tan contundente que cuando lo comentamos al calor de unos vermuts, Carlos, que escribe poco pero dice bien, lo expresó de forma perfecta: Me sentí como a la salida de Garbarek en Donosti. Y así es esa exposición, una puerta hacia ser diferentes, hacia sentir mejor.
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10 comentarios:

  1. Lo que más me ha gustado es "tu mujer del sitio perfecto". Resume tu experiencia ante Miró. La haces nuestra. Dice mucho de ti, de tu forma de vivir el arte y la vida. Es genial que lo hagas parecer tan fácil.

    Gracias por compartir el privilegio.

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    1. Hola Paz,
      Creo que mis entradas empezarán a estar incompletas sin tus deliciosos comentarios. Es un placer tenerte de lectora.
      Gracias por estar ahí, un abrazo.

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  2. Me gustó mucho el Miró , es uno de los emblemas de Barcelona junto al Picasso y Gaudí. Así todo de la semana que pasé en Barcelona ( hará 20 años ) lo que más me impresionó fue una exposición antológica de Manolo Hugue en el Museo de Arte Moderno , que por cierto está muy bien. La exposición de Manolo era de pago , dudo que se haga otra de tal nivel sobre este olvidado escultor ya que la mayoría de piezas eran de coleccionistas privados, gran Manolo.
    Saludos

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    1. Hola Manuel,
      Hugué fue un ecléctico que me parece más interesante su trayectoria como intelectual que como escultor o pintor, me gusta pero creo que no está a la altura de Miró o Picasso, o Matisse con quien también coincidió, supongo que debe estar olvidado por ahí ya que en Barcelona tenemos muestras suficientes de su obra como para tenerlo presente y su museo en Caldes está muy cerquita. Y si hace veinte años que no has venido por aquí, creo que ya toca volver ;-)
      Un saludo

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  3. POR LA PRESENTE LE CUMUNICAMOS QUE LE HA SDO CONCEDIDO EL PREMIO LIEBSTER, CUYAS BASES Y CONDICIONES PODRÁ ENCONTRAR AQUÍ : http://moderneceslasjustas.blogspot.com.es/2012/03/me-han-concedido-el-premio-liebster.html(le rogamos no rompa la cadena)

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    1. Felicidades Mario!!!
      Aunque no sea el blog que más me gusta de los tuyos, ya sabes que donde esté Miles...., es un blog que sigo con puntualidad y que se merece eso y mas.
      Supongo que no tengo que hacer nada con la cadena, si no es así ya me lo dirás (la verdad es que eso de las cadenas no me gustan en ningún formato)
      Un abrazo!!!

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  4. Pues sí que tienes que hacer una cadena según las reglas que vienen con este premio:

    1. Copiar y pegar el premio en el blog y enlazarlo al blogger que te lo otorgó.

    2. Señalar tus cinco blogs preferidos con menos de 200 seguidores y escribir comentarios en sus blogs para que conozcan que han recibido el premio

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  5. Un gran Domingo. Es curioso pero el haber estado no me deja impregnarme de tus sensaciones tan bien como otras veces, vaya que hubiera preferido quedarme en casa... es broma.
    Me gusta la selección de cuadros que has hecho para la entrada.

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    1. Hola MiMaría, lo cierto es que lo fue y la tentación de dejar el blog en esta entrada tan irrepetible está muy presente. On verrà.
      Un beso
      Seguro que la selección no te ha sorprendido, mis pasiones mironianas las conoces bastante :-)

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  6. Yo creo que es tiempo de descanso, más que pensar en dejarlo deberías dejar de pensar, porque vendrá otro en el que te sientas cómodo escribiendo, y a mi me volverás a dar ratos estupendos leyendote. Así que deja de pensar y.... On Verrà?

    Otro.

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