Un espacio de viajes entre la música y palabras

Es que una vez más la música es la responsable

jueves, 18 de agosto de 2011

Maridaje que me incapacita?

Tenía un par de entradas para el blog  ronroneando en la cabeza, dejando que la estructura se fuera definiendo en la mente, sin prisa, es tiempo de vacaciones y no hay que apurarse por nada. Y en eso estaba cuando esta mañana he leído un post en un blog descubierto no hace demasiado (Diario de una escritora inédita), ahí está en la columna de blogs, que me gusta y en el que hoy escribía sobre la música que "usaba" para escribir, y la elegida era la banda sonora de Gladiator, de Hans Zimmer y Lisa Gerrard. No detallo más porque para eso está el enlace.
El culpable de este post, o casi
Y me ha despertado el deseo de reflexionar sobre algo que me resulta sorprendente. Y es que me he dado cuenta de varias cosas, la primera de ellas es que este tipo de música, conceptuado en el Itunes (y en general en la red) como género BSO, nunca me interesa como tal, es decir, es un género sin elementos en mi discografía, nunca catalogo la música como banda sonora, obviamente tengo discos que se han utilizado en películas entre mis canciones (Qué sería de la historia del cine sin el Adagio de Albinoni, utilizado hasta la saciedad, o la Patética de Tchaikovski?, por citar dos muy reusadas), muchos y muy buenos, que un director tenga un gusto musical afín con el mío no sería noticia. Es más tengo varios discos excepcionales que se han creado con el fin exclusivo de dotar de fondo musical a una película, más tarde haré un ranking personal de ellas.
Entonces? Donde está el conflicto?, porque para mí no hay duda, es una leve trifulca personal y el ocio estival me permite replantearla. La cuestión es que, para alguien como yo que no se cierra a ningún genero musical, que está abierto al paladeo de músicas tan dispares como Falete o The Prodigy (probad a escucharlos seguidos y al instante dudaréis de mi salud mental), o Corelli y Frank Zappa, etc... Para un tipo tan, modestamente lo digo, abierto a cualquier experiencia sonora, Cómo se entiende que mantenga un prejuicio ante un tipo de música del que disfrutan selectos melómanos de todas las especies y a lo largo de tantos años?
Morricone en oro
Viene a mi cabeza nombres como el de Ennio Morricone, el tipo ha compuesto los mejores acompañamientos musicales que quepa imaginar para un western, la trilogía de Sergio Leone: Por un puñado de dolares, La muerte tenía un precio y el bueno, el feo y el malo y la maravillosa Érase una vez en América, contienen pasajes maravillosos que se han incrustado en mi imaginario partícular, Es necesario glosar Cinema Paradiso?, o también, el ahora olvidado pero muy afamado en su momento, Michael Nyman, en sus colaboraciones con Peter Greenaway creó un mundo sonoro que dotó a la filmografía del irregular director de un apasionante grupo de películas, luego El piano de Jane Campion, con la diosa Hunter y el titán Keytel, sonó de maravilla. Nos olvidaremos de aportaciones alimenticias como Gattaca y otras porque el nivel de la obra en su conjunto es muy alto. Me vienen a la cabeza consagrados como John Williams (inolvidable inicio de Tiburón, la imprescindible El turista accidental, el ataque a la estrella de la muerte en Star Wars, los Indiana Jones, los gloriosos títulos de crédito del primer Superman de la era moderna, amarga miel de la Lista de Schlinder, etc, etc), un tipo solvente donde los haya que en la cantidad a veces enmascara su indudable talento. Sigo, inolvidable Nino Rota, los geniales planos del trasanlántico saeteados por su música o la fiesta de la playa, esa pequeña joya, también de Fellini, I vitelloni, o Il gatopardo, jamás Lancaster estuvo en tan buena compañía sonora, y por supuesto, El padrino II, (y la uno) (un día haré un post explicando lo que yo le debo a Coppola, que es impagable) con esos planos secuencia desnudando los conflictos del emergente Michael/Pacino en su génesis como capo, las cuerdas dibujando el son de la némesis recurrente e inevitable, grandioso, nada puede parecer tan exultante o intenso. Howard Shore, el color en El silencio de los corderos o la épica en la trilogía de Tolkien, Badalamenti y Lynch, el caramelo de Piovani, Trevor Jones, aunque sólo sea por la maravillosa persecución final de El último mohicano (Daniel, qué guapo estás de indio!!) y algunas otras, entre mucha morralla.
Mención especial para algunos maestros que trabajaron con el excepcional Hitchcock, nos servirá el inglés del bombín como hilo conductor:
Un perfil más melónamo de lo que se sospecha
Bernard Hermann (Psicosis, esos violines sangrientos, Con la muerte en los talones, corre Cary corre, la maravilla de Vértigo y sin Alfred: Las nieves del Kilimanjaro o Taxi driver, con permiso de Harry Nilsson), Dimitri Tiomkin (Extraños en un tren, tras la cortina en El crimen perfecto, La sombra de una duda, el sonido de un alma borrosa, sin Alfred: los "ríos" de Howard Hawks, y muchas más), Franz Waxman, una terna que es una cumbre en la filmografía de Hitchcock, y que él no permitió que fuera otro el que compusiera la música, El proceso Paradine, Sospecha y Rebeca (sin comentarios), lejos de Alfred: la definitiva El crepúsculo de los dioses o Furia de Lang y la returbia La senda tenebrosa. Y por último uno de los genios de este "negocio", Miklos Rozsla, las sorteantes desmemorias de Recuerda, una colaboración con Hitchcock y ya tiene su sitio entre los mejores, ayuda el haberse encargado también de: Perdición, the Killers, La jungla de asfalto (el cine negro no se entiende sin él) o el injustamente menospreciado film de Wilder, La vida privada de Sherlock Holmes o la rememorada ayer noche en la tertulia, El ojo de la aguja.
Me dejo por no ser farragoso a Alfred Newman, Max Steiner, Eric Korngold, Elmer Bernstein, John Barry o .....
En fin, la lista es mucho más larga pero sirva como muestra de que es un aspecto al que no soy indiferente en absoluto.
Una retahila de grandes músicos que han sonado a lo largo de mi vida y de la pureza de su arte para disfrutarla sin la película que las hizo nacer. No he mencionado musicales porque ese caso no lo considero como una banda sonora sino como un libreto del estilo de una ópera moderna y para entrar en ese mundo se necesitan otras entradas que no sean hijas del conflicto.
Carmen, la inspiradora de la entrada (gracias genia), me comentaba acerca de la posibilidad de que esta carencia mía, de no valorar las bandas sonoras más allá de la escucha dentro de la película, se deba a una sobredosis de cultura visual, creo que consideraría esa opción si tuviera su edad, creo que veinte años menor que la mía o algo así, pero para un ser humano que no tuvo TV antes de los diez años y que ya por aquel entonces tenía vampirizada la biblioteca de mis padres, no me parece una respuesta que de luz al conflicto. Creo que me quedaré sin respuesta pero la pregunta me ha permitido hacer un viaje (siempre viajes Tumaria) íntimo a través de la banda sonora de las películas de mi vida, un trayecto a través de la memoria en la que faltarán referentes y habrá erratas, pero creo que muestra que mi carencia no es falta de devoción, amo a los compositores de cine como a pocas manifestaciones artísticas, y si el cine no constituye un paradigma en la actualidad no es más que por el nivel bazofia de la mayoría de films que se estrenan año tras año, para pillar una como Antes de que el diablo sepa que has muerto, te tienes que tragar bodrietes bien intencionados como Precious o Face to face.
Pero sería sesgado acabar el post aquí, lo confieso, y como ya había adelantado al principio, tengo unas cuantas bandas sonoras en mi discografía y en algún caso, discos que la iluminan como pocos y no tengo más remedio que relacionarlos para cerrar este círculo que la banda sonora de Gladiator (con Carmen) ha iniciado.
Me permitiré ordenarlas por su peso en mi anímo valorativo:

La primera, la mejor, una banda sonora de una película que no he visto ni falta que me hace, y no será sorpresa para nadie: JACK JOHNSON de Miles Davis, pues sí, mira por donde, uno de los diez discos que me llevaría a una isla desierta (en realidad me llevaría dos para prevenir algún desastre) es la música de una película, en realidad es un documental con la historia del boxeador homónimo y de, por el hecho de ser el primer campeón mundial de boxeo de raza negra, fue encarcelado y humillado. No sé las imágenes, la música es oro puro.
La banda sonora
La segunda, podría ser otro Davis, pero es un Dylan, el poeta se embarcó en un maravilloso proyecto de otro peso pesado, Sam Peckinpah, la historia de PAT GARRET AND BILLY THE KID, una estruendosa maravilla que hizo que un servidor se dignase a mirar la música Country y se quedase en ella para los restos, conviviendo con el resto de géneros. Dylan, además, hace de actor en la película, esta sí la he visto y varias veces, y su papel es memorable (What's your name?, My name is Alias, alias? .....), es el disco que contiene la multiversionada Knocking on heaven's door, una gran película, un disco excepcional.
El banjo loco de Dylan
Un hito en las películas de músicos
La tercera es una orfebrería fina que descubrí junto a Mimaria en el plus, se trata de ONCE, una película de John Carney a la que algunos críticos miopes han tildado de película musical, pero que no la considero así para nada, se trata de una gran historia de desamor, y de amor consecuentemente, como muchas de las grandes historias lo son y lo serán siempre y como el guión construye la historia a partir de que los dos protagonistas sean músicos y van desgranando sus canciones mientras el romance se crea, la película transcurre entre bellísimas interpretaciones, pulcra y estéticamente filmadas. Creo que tardé menos de diez minutos en hacerme con la banda sonora del film al acabar de verlo. Glen Hansard y Marketa  Irglova son los que ponene el talento musical al asunto. Como cantan ambos: Falling Slowly,  Imprescindible.
Música en tierras salvajes

La cuarta, motivo del mutuo regocijo con Carmen en pro de la figura de su compositor, es HACIA TIERRAS LEJANAS, la hermosa película de Sean Penn a la que Eddie Vedder puso música, el angelito Vedder es el alma de Pearl Jam y el único cantante al que yo le permitiría arrogarse con el título de relevo de Jim Morrison.
El disco es, aunque suene algo tonto, muy bonito, y no hace necesarias las espectaculares escenas de la película, simplemente te sitúa el ánimo en sus paisajes. El alma desplazada del protagonista de la historia, un soberbio Emile Hirsch es cazada sin clemencia por el desgarro de las superdotadas cuerdas vocales de Vedder, hay un canto a la libertad irreductible en ambas obras que es imposible ignorar.

And the last, but not least (la lista es de cinco en el más puro estilo USA).
ASCENSOR PARA EL CADALSO, de un chico que tal vez os suene, un trompetista que se llama Miles Davis. En efecto el círculo se cierra con un nuevo bucle finito, la primera y la última de unas cuantas obras maestras de la música que nacieron dentro de la industria del cine. La película de Louis Malle,
Davis coloca a Moreau en la portada, chico listo
con una Jeanne Moreau protagonista de algunos adolescentes sueños húmedos, es una precisa e implacable maquinaria de atornillarte a la butaca y el bueno de Miles simplemente, está a la altura, sin ser uno de sus más mejores trabajos es una grabación perfecta. suave y letal como una cobra, dulce como mermelada de opio. El músico tuvo desde joven una intensa relación con la cultura francesa y el Jazz era la música dominante en la decada de la posguerra, todo ello impregna este tesoro
And that's all folks, esto es lo que pasa por tener tiempo para meditar sobre cosas que importan pero no apremian.
Y respuesta para Carmen, el beso en el cine sólo tiene un recuerdo, la chica, cómo no?
La música que ha sonado en la creación de este post, su banda sonora, ha sido una gentileza de Alicia Keys, a pesar de ser una Jazz-Pop singer se merece algo de escucha.
Mimaria, quiero esta camiseta :)

10 comentarios:

  1. Deduzco, pues, que el "problema" no es la música de pelis sino la denominación difusa de BSO, o incluso, tal vez, algo más sutil... Estas peculiaridades, filias y fobias, son las que nos hacen únicos e interesantes. ¡Qué aburridos seríamos de no ser por eso los humanos! Estas pequeñas contradicciones pueden ser de lo más divertidos... Yo, por mi parte, ya tengo trabajo: aprovechar la larga lista de canciones que citas -algunas de ellas, lo reconozco, desconocidas para mí- para que amenicen mis horas en la jornada de escritura que tengo por delante.

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  2. Carmen, me temo que tu sobria y mesurada entrada ha provocado una verborréica y espesa retahíla, pero salió así y así está. Al final he llegado a la conclusión de que si el "problema" me permite tantos placeres, pues... bienvenido sea.
    Saludos

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  3. Me encantan muchas OST y tengo varias en cd, y muchas más en mi mac (jem, ... ehm... todas compradas originales...): Gattaca muy arriba, por encima de otras muchas cosas de Nyman, BArry en sus mejores momentos, Morricone cómo no, incluso Zimmer a veces (el último samurái, bodrio de peli, gran ost) El que más me gusta, James Newton Howard (La joven del agua).

    Pero no puedo escuchar ya la música de Gladiator, el Señor de los Anillos, el último mohicano y Piratas del caribe sin recordar a los programadores de mi empresa, que cuando les entra el apretón de trabajo, necesitan música épica para trabajar y las ponen a troche y moche. Tenemos hasta el "momento Gladiator" tipificado en el convenio laboral

    XD

    Gracias por tu link a mi blog!

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  4. @biscayenne jajajaja, está visto que ni en música ni en comida coincidiremos, no hay problema, me sigue alegrando leerte y ver tu pasión por aquello que te gusta. En lo del mac sí coincidimos, por supuesto todo legal de la muerte, y lo utilizo de reproductor de música en la sala.
    Gracias por nada, disfruto difundiendo lo que creo que vale la pena
    El momento Gladiator también lo uso Guardiola para conseguir una Champions, debe funcionar

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  5. funcionar funcionará, pero yo estoy de gladiator hasta el moñete ;)

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  6. Un descubrimiento tu blog, Ferrán. Lo he disfrutado muchísimo. Por cierto, me quedo con el gran Nino Rota que además de sus célebres bandas sonoras (me quedo con la de El Padrino o El Gatopardo) cuenta con prodigios como sus conciertos para clarinete y piano. Conciertos estos que no necesitan de imágenes para emocionarnos. Seguro que los conoces.
    Anoto tus sugerencias para próximas escuchas.
    En fin, lo dicho, un placer.

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  7. @Paz, muchísimas gracias, ya sabes lo emocionante que es que el disfrute se expanda :)
    Conozco, pero poco y me pondré a ello, los conciertos de Rota.
    Gracias por comentar. Un placer compartido.

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  8. Creo que voy a dejar de leer este blog, me siento abochornada entre tanto título que soy incapaz de reproducir mentalmente, y para mi pesar se trata de una selección de 5 bandas sonoras, entre una larga lista de otras igualmente resaltables, supongo. Siento que pierdo el tiempo en mi vida, así que no por indicación médica, pero casi, he de dejarte hasta que llegue el momento de poder leer toda esta información sin poner cara de no saber de que estamos hablando... es broma, por supuesto, me encanta leerlo y espero ir conociendo un poco más gracias a este blog. Hace poco pillé en el plus una peli de esas que me dejan cara de boba, creo que el título es Holidays, ya conoces mi falta de memoria para este tema, pues bien, uno de los protas, del que tampoco recuerdo el nombre pero entre tú y yo es el (pedicagado)es compositor de bandas sonoras para pelis, es un friqui de la música de películas y tiene un momento muy gracioso en un videoclub, en el que va reproduciendo la música de la peli, mientras ojea las carátulas, una de las que coge es Tiburón, otra el Padrino. Un día de estos me pongo a dieta de café y conseguiré disminuir mis horas de sueño para ponerme un poco a la altura y poder releer esta entrada como se merece.
    Bsos.

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  9. Ejem!! Vaya susto Mimaria, sabes que si dejas de leer el blog significaría su extinción inmediata y las primeras frases me han "condenado" al amudez... Luego he respirado. Espero tu segunda relectura con el mismo afán que espero todas tus lecturas. Un beso

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